miércoles, 4 de mayo de 2011

CIUDAD DE DIOS

Ciudad de Dios es un magistral largometraje que narra las correrías de dos personajes principales y opuestos, Buscapé y Zé pequeño, desde la niñez hasta la adolescencia. Como en muchas películas, se les puede considerar como “el bueno y el malo”, respectivamente.



Habiendo los dos nacido en el mismo entorno, las terribles favelas de Río de Janeiro, los dos personajes se ven envueltos en una vida cargada de violencia, sólo por haber venido al mundo en dicho lugar, violencia que en muchos casos es la única forma de buscarse la vida o de sobrevivir.

A diferencia de Zé pequeño, que ya de muy niño disfruta con la violencia y el poder, Buscapé repudia esa vida e intenta escapar de ella, consiguiendo un trabajo de fotógrafo gracias a ser uno de los pocos “privilegiados” que pueden entrar y salir de la Ciudad de Dios a sus anchas sin morir acribillado. Como también ocurre en muchas películas, su única escapatoria es la muerte.

La película deja clara la diferencia entre vivir en una sociedad desarrollada y una subdesarrollada. Nos hace ver que los problemas que tienen los jóvenes de una sociedad desarrollada, comparados con los problemas de los jóvenes de una sociedad subdesarrollada, no son problemas. Mientras que unos luchan por sobrevivir, comer, otros luchan por vestir con ropa de marca y estar guapos.

La escasa motivación que tienen por vivir en una sociedad en la que no se ve ningún futuro claro y esta inundada por la droga, la violencia y la ley del más fuerte, hace que los niños y adolescentes no tengan otra opción que adoptar esa clase de vida como la más normal y beneficiosa para sus intereses. Ni la policía (que es uno de los enemigos más temibles) ni la misma sociedad están de su parte, nadie es amigo, ni siquiera sus propios compinches.

El aprendizaje que se ve en esta película sería a nuestro juicio más informal que no formal, ya que se da en el día a día de las vidas de estos chicos. Se basa en la imitación por parte de los más pequeños de los roles que tienen los adultos, como por ejemplo sucede en la escena final, en la que el grupo de niños de unos 6 años, los “ratillas”, matan al Zé pequeño y van a buscar a más gente a la que matar, al igual que su víctima. También se da un cierto aprendizaje no formal mediante la enseñanza por parte de los mayores a los más pequeños, sobre todo en el manejo de armas y el modo de desenvolverse en la barriada.

El robo en las favelas de Brasil no es igual de justificable que el robo en España. En el primer caso, roban por sobrevivir, tomando la práctica del robo como lo más normal, ya que casi todos los jóvenes roban porque existen muy pocas posibilidades de trabajo, y el precario mundo laboral ofrece el mismo dinero en un mes que el que las calles ofrecen en un solo día. En cambio los robos de los jóvenes en sociedades desarrolladas, son robos de niños que han tenido un sinfín de oportunidades, las cuales no han sabido aprovechar, por lo que llegan al extremo de robar. Por lo tanto el primer caso es justificable y el segundo no lo es.


1 comentario:

  1. Ciudad de Dios representa un contexto de aprendizaje totalmente diferente al que hasta el momento habíamos estudiado, es por ello que es importante descubrir que aprender, sobrevivir, adaptarse o encontrar la motivación que te haga salir se presentan en cualquier contexto o lugar.

    Saludos

    SARA

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